Quise abrazarte y te alejé
Soñé quererte y te olvidé
Fui a buscarte y me encontré... y me sentí más sola todavía
Sentí el calor que el tiempo me estaba estirpando
Escuché las carcajadas de tu dulce ausencia
Una lenta cascada me inundó por dentro
y mi rostro reflejó el más vacío sentimiento de envolvente soledad
Y ahí me quedé. Plantada. Sin fuerzas para nada
Nada más que mirar al frente y evocarte en esta realidad que no es la mía
Cortante como sólo el seco invierno puede ser
Mañana apagada, plagada de colores tan quebrados que a penas se perciben
Parecen esconderse entre el estrés y las horas pactadas
en contacto con la supervivencia, absurda, de hábitos incompletos
Sigo extrañándote aunque nunca te tuve.
• Óleo sobre tabla
• 50x70cm